¿Cómo se escribe hospitalisia?

En español diversas letras comparten el mismo sonido, esto da lugar a infinidad de dudas ortográficas, en muchos casos estas dudas se pueden resolver aplicando las reglas generales de ortografía. Por esa razón, si dudas de cómo se escribe una palabra, introdúcela en nuestro corrector y te la corregimos mostrándote la regla que deberás aplicar para poderla escribir correctamente.

    Los errores ortográficos más comunes son:

  • Errores de acentuación de las palabras, sobre todo en caso de que la sílaba tónica forme parte de un hiato o un diptongo.
  • Empleo de las letras j y g porque dependiendo de la palabra la letra g ha de pronunciarse con el fonema /j/.
  • Empleo de las letras c,z y el dígrafo "qu" para los fonemas /z/ /k/ y /s/, el fenómeno del seseo y del ceceo.
  • Empleo de la letra h que al ser muda, es decir, no tiene un sonido asociado, da lugar a errores.
  • Empleo de r o rr. Ya que en ocasiones la letra r se corresponde al fonema que el dígrafo rr.
  • Empleo de las letras y, ll para los fonemas /y/ y /ll/ y el fenómeno del yeísmo.
  • Empleo de las letras b,v dos letras distintas que comparten el mismo fonema /b/.
  • Empleo de la letra x para representar el fonema /s/ o /k+s/.

La palabra hospitalisia se escribe con C

La manera correcta de escribirla es HOSPITALICIA. Puedes ver la definición de hospitalicia aquí

En algunas partes de España y de América se produce el fenómeno del seseo que consiste en pronunciar con el mismo fonema /s/ la letra z y la letra c delante de las vocales "e,i". En estos lugares es fácil que se produzcan equivocaciones y es necesario recurrir al diccionario para solucionarlas.

En este caso se debe sustituir la consonante "s" por la consonante "c" delante de la vocal "i"

Ejemplos con la palabra Hospitalicia

El general tenía, pared en medio de su casa, una tienda mixta en que vendía al por mayor vino, tasajo, arroz, bacalao, patatas, café, aguardiente, velas, zapatos, cigarrillos, no siempre de la mejor calidad. Se graduó de general como otros muchos, en una escaramuza civil en la que probablemente no hizo sino correr. En Ganga los generales y los doctores pululaban como las moscas. Todo el mundo era general cuando no doctor, o ambas cosas en una sola pieza, lo que no les impedía ser horteras y mercachifles a la vez. Uno de los indios que tenía a su servicio don Olimpio Díaz, era coronel, pero como su partido fue derrotado en uno de los últimos carnavalescos motines, nadie le llamaba sino Ciriaco a secas, salvo los suyos. Cualquier curandero se titulaba médico, cualquier rábula, abogado. Para el ejercicio de ambas profesiones bastaban uno o dos años de práctica hospitalicia o forense. Hasta cierto charlatán que había inventado un contraveneno, para las mordeduras de las serpientes, Euforbina, como rezaban los carteles y prospectos, se llamaba a sí propio doctor, con la mayor frescura. Andaba por las calles, de casa en casa, con un arrapiezo arrimadizo a quien había picado una culebra, y al que obligaba a cada paso a quitarse el vendaje para mostrar los estragos de la mordedura del reptil juntamente con la eficacia maravillosa de su remedio. A no larga distancia suya iba un indio con una caja llena de víboras desdentadas que alargaban las cabezas, sacando la lengua fina y vibrátil por los alambres de la tapa. En los grandes carteles fijos en las esquinas, ahítos de términos técnicos, se exhibía el doctor, retratado de cuerpo entero, con patillas de boca de hacha, rodeado de boas, de culebras de cascabel, coralillos, etc. Sobre la frente le caían dos mechones en forma de patas de cangrejo.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra hospitalicia

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba