¿Cómo se escribe haplanaron?

En español diversas letras comparten el mismo sonido, esto da lugar a infinidad de dudas ortográficas, en muchos casos estas dudas se pueden resolver aplicando las reglas generales de ortografía. Por esa razón, si dudas de cómo se escribe una palabra, introdúcela en nuestro corrector y te la corregimos mostrándote la regla que deberás aplicar para poderla escribir correctamente.

    Los errores ortográficos más comunes son:

  • Errores de acentuación de las palabras, sobre todo en caso de que la sílaba tónica forme parte de un hiato o un diptongo.
  • Empleo de las letras j y g porque dependiendo de la palabra la letra g ha de pronunciarse con el fonema /j/.
  • Empleo de las letras c,z y el dígrafo "qu" para los fonemas /z/ /k/ y /s/, el fenómeno del seseo y del ceceo.
  • Empleo de la letra h que al ser muda, es decir, no tiene un sonido asociado, da lugar a errores.
  • Empleo de r o rr. Ya que en ocasiones la letra r se corresponde al fonema que el dígrafo rr.
  • Empleo de las letras y, ll para los fonemas /y/ y /ll/ y el fenómeno del yeísmo.
  • Empleo de las letras b,v dos letras distintas que comparten el mismo fonema /b/.
  • Empleo de la letra x para representar el fonema /s/ o /k+s/.

Hay varias causas por las que puede estar mal escrita haplanaron, a continuación se muestran las distintas posibilidades:

A la palabra haplanaron le sobra una H

La palabra haplanaron no existe en Español

La palabra haplanaron contiene una hache que no le corresponde. La manera correcta de escribirla es APLANARON

Es fácil caer en el error de omitir la letra h, ya que en la mayoría de los casos no se pronuncia, es decir, es muda. No obstante, aunque es poco frecuente, en algunos préstamos lingüísticos la h se pronuncia con un sonido similar al de la /j/, lo llamamos "h aspirada", por ejemplo en las palabras: hándicap, hámster, hachís... y también en los nombres propios como Hawái.

Puedes ver la definición de aplanaron aquí

Ejemplos con la palabra Aplanaron

Fue, en efecto, desde el principio partidario de Lacedemonia, y de dos hijos gemelos que tuvo de Clitoria, según dice Estesímbroto, al uno le puso por nombre Lacedemonio, y al otro, Eleo, por lo que Pericles muchas veces les dio en cara con su origen materno, pero Diodoro Periegetes dice que así éstos como Tésalo, hijo tercero de Cimón, fueron tenidos en Isódica, hija de Euriptólemo y sobrina de Megacles. Contribuyeron mucho a sus adelantamientos los Lacedemonios, que ya entonces estaban en contradicción con Pericles y querían que fuese este joven el que tuviese el mayor poder y autoridad en Atenas. Esto lo vieron al principio con gusto los Atenienses, no sacando poco partido de la benevolencia de los Lacedemonios hacía él, porque en el principio de su incremento, y cuando empezaban a tomar parte en los asuntos de los otros pueblos, aliados de unos y otros, no les venían mal los honores y los obsequios hechos a Cimón, puesto que entre los Griegos todo se manejaba a su arbitrio, siendo afable con los aliados y muy acepto a los Lacedemonios. Mas después, cuando ya se hicieron los más poderosos, vieron con malos ojos que Cimón permaneciese todavía no ligeramente apasionado de los Lacedemonios, porque él mismo también, celebrando para todo a los Lacedemonios ante los Atenienses, especialmente cuando tenía que reprender a éstos o que excitarlos a alguna cosa, había tomado la costumbre, según refiere Estesimbroto, de decirles: “¡Qué poco son así los Lacedemonios!” Con lo que se granjeó cierta envidia y displicencia de parte de sus conciudadanos. Pero de todas, la calumnia más poderosa contra él tuvo este origen: en el año cuarto del reinado de Arquidamo, hijo de Zeuxidamo, en Esparta, por un terremoto mayor que todos aquellos de que antes había memoria, en todo el territorio de los Lacedemonios se abrieron muchas simas, y estremecido el Taígeto, algunas de sus cumbres se aplanaron. La ciudad misma tembló toda, y fuera de cinco casas, todas las demás las derribó el terremoto. En el pórtico, en ocasión de estar lleno, ejercitándose en él a un tiempo los mozos y los muchachos, se dice que poco antes del temblor se apareció una liebre, y que los muchachos, ungidos como estaban, por una muchachada se pusieron a correr tras ella y perseguirla, y en tanto cayó el gimnasio sobre los mozos que se habían quedado, muriendo allí todos, y a su sepulcro aún se le da el día de hoy el nombre de Sismacia, tomado del terremoto. Previó al punto Arquidamo por lo presente lo que iba a suceder, y viendo que los ciudadanos se dedicaban a recoger en sus casas lo más precioso cada uno, mandó que la trompeta hiciera señal de que venían enemigos, para que a toda priesa acudieran armados a su presencia, esto solo fue lo que entonces salvó a Esparta, porque de todos los campos sobrevinieron corriendo los Hilotas para acabar con los que se hubieran salvado de los Espartanos, pero hallándolos en orden de batalla se retiraron a sus poblaciones, siendo, sin embargo, bien claro que iban a hacerles la guerra, por haber atraído a no pocos de los circunvecinos y venir ya también sobre Esparta los Mesenios. Envían, pues, los Lacedemonios a Atenas de embajador, para pedir auxilio, a Periclidas, de quien dice en una comedia suya Aristófanes que “sentado ante los altares, todo pálido, con una ropa de púrpura, pedía por compasión un ejército”. Oponíase Efialtes, y con el mayor empeño rogaba que se negase el socorro y no se restableciera una ciudad rival de Atenas, sino que se la dejase en el suelo, para ser pisado su orgullo, pero dice Critias que Cimón, anteponiendo el bien de los Lacedemonios al incremento de su patria, convenció al pueblo y salió a auxiliarlos con mucha infantería. Ion nos da cuenta de la principal razón con que movió a los Atenienses, que fue exhortarlos a que no dejaran coja la Grecia ni dieran lugar a que su ciudad quedara sin pareja.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra aplanaron

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