¿Cómo se escribe generalatoz?

En español diversas letras comparten el mismo sonido, esto da lugar a infinidad de dudas ortográficas, en muchos casos estas dudas se pueden resolver aplicando las reglas generales de ortografía. Por esa razón, si dudas de cómo se escribe una palabra, introdúcela en nuestro corrector y te la corregimos mostrándote la regla que deberás aplicar para poderla escribir correctamente.

    Los errores ortográficos más comunes son:

  • Errores de acentuación de las palabras, sobre todo en caso de que la sílaba tónica forme parte de un hiato o un diptongo.
  • Empleo de las letras j y g porque dependiendo de la palabra la letra g ha de pronunciarse con el fonema /j/.
  • Empleo de las letras c,z y el dígrafo "qu" para los fonemas /z/ /k/ y /s/, el fenómeno del seseo y del ceceo.
  • Empleo de la letra h que al ser muda, es decir, no tiene un sonido asociado, da lugar a errores.
  • Empleo de r o rr. Ya que en ocasiones la letra r se corresponde al fonema que el dígrafo rr.
  • Empleo de las letras y, ll para los fonemas /y/ y /ll/ y el fenómeno del yeísmo.
  • Empleo de las letras b,v dos letras distintas que comparten el mismo fonema /b/.
  • Empleo de la letra x para representar el fonema /s/ o /k+s/.

La palabra generalatoz se escribe con S

La manera correcta de escribirla es GENERALATOS. Puedes ver la definición de generalatos aquí

En algunas partes de España y de América se produce el fenómeno del seseo que consiste en pronunciar con el mismo fonema /s/ la letra z y la letra c delante de las vocales "e,i". En estos lugares es fácil que se produzcan equivocaciones y es necesario recurrir al diccionario para solucionarlas.

Hay palabras que pueden escribirse tanto con "s" como con "c o z" sin cambio de significado, las más representativas son: bisnieto/biznieto, bizcocho/biscocho, mezcolanza/mescolanza, pretencioso/pretencioso, verduzco/verdusco

Ejemplos con la palabra Generalatos

Muchos Griegos había habido antes de él que se habían hecho ilustres y que habían ejecutado grandes cosas, de cuyo número son Timoteo, Agesilao, Pelópidas y aquel a quien más se propuso imitar Timoleón, Epaminondas, mas las hazañas de éstos presentan lo brillante confundido con cierta violencia y esfuerzo, tanto, que en algunas tuvo lugar la reprensión y el arrepentimiento, mientras que cuando en todos los hechos de Timoleón, si ponemos fuera de cuenta el estrecho en que se vio respecto del hermano, ninguno hay al que no le convenga, como dice Timeo, aquella exclamación de Sófocles: ¿Qué Afrodita o Amores, sacros Dioses, han puesto aquí su poderosa mano? Porque así como la poesía de Antímaco y los cuadros de Dionisio, ambos Colofonios, en que hay fuerza y valentía, tienen el aire de cosas hechas con esfuerzo, y muy trabajadas, y en las pinturas de Nicómaco y en los versos de Homero al vigor y gracia se agrega el parecer que están hechos con gran soltura y facilidad, de la misma manera, comparados los generalatos de Epaminondas y Agesilao, servidos con dificultad y grande esfuerzo con el generalato de Timoleón, en el que hubo tanta facilidad como esplendor, no le parecerá éste, al que bien le advierta, obra de la Fortuna, sino de una virtud afortunada. Con todo, él atribuyó siempre a la Fortuna sus buenos sucesos, y tanto escribiendo a sus amigos de Corinto como arengando a los Siracusanos dijo muchas veces daba gracias a Dios porque, teniendo determinado salvara la Sicilia, había sobrepuesto su nombre de él en este decreto. Edificó asimismo al lado de su casa un templo al Acaso, en que hizo sacrificio, y la casa misma la consagró al sagrado Genio. Era ésta la que los Siracusanos le habían regalado por premio de su acertado mando, juntamente con un terreno de lo más agradable y delicioso, en el que se recreaba la mayor parte del tiempo, habiendo hecho venir de Corinto a su mujer y sus hijos, pues ya no volvió allá, ni se mezcló en las turbaciones de la Grecia, ni tampoco quiso incurrir en la envidia por gobernar, en que suelen estrellarse los más de los generales por la insaciable ansia de honores y mando, sino que pasó allí su vida, gozando de los bienes que él mismo había proporcionado, de los cuales era el mayor ver tantas ciudades y tantos millares de hombres que por él eran dichosos.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra generalatos

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba