¿Cómo se escribe arruinémos?

En español diversas letras comparten el mismo sonido, esto da lugar a infinidad de dudas ortográficas, en muchos casos estas dudas se pueden resolver aplicando las reglas generales de ortografía. Por esa razón, si dudas de cómo se escribe una palabra, introdúcela en nuestro corrector y te la corregimos mostrándote la regla que deberás aplicar para poderla escribir correctamente.

    Los errores ortográficos más comunes son:

  • Errores de acentuación de las palabras, sobre todo en caso de que la sílaba tónica forme parte de un hiato o un diptongo.
  • Empleo de las letras j y g porque dependiendo de la palabra la letra g ha de pronunciarse con el fonema /j/.
  • Empleo de las letras c,z y el dígrafo "qu" para los fonemas /z/ /k/ y /s/, el fenómeno del seseo y del ceceo.
  • Empleo de la letra h que al ser muda, es decir, no tiene un sonido asociado, da lugar a errores.
  • Empleo de r o rr. Ya que en ocasiones la letra r se corresponde al fonema que el dígrafo rr.
  • Empleo de las letras y, ll para los fonemas /y/ y /ll/ y el fenómeno del yeísmo.
  • Empleo de las letras b,v dos letras distintas que comparten el mismo fonema /b/.
  • Empleo de la letra x para representar el fonema /s/ o /k+s/.

La palabra arruinémos no debe llevar tilde

Se acentúan todas las palabras llanas que no terminan en vocal, "n" o "s".

Las palabras llanas son aquellas en las que la sílaba tónica es la penúltima sílaba.

La palabra ARRUINEMOS se separa en sílabas: a-rrui-ne-mos, es llana y termina en "s" por lo tanto no debe llevar tilde.

Puedes ver la definición de arruinemos aquí

Las reglas generales de acentuación son:

  • Se acentúan las palabras agudas que terminan en vocal "n" o "s"
  • Se acentúan las palabras llanas que no terminan en vocal "n" o "s"
  • Se acentúan todas las palabras esdrújulas
  • Los monosílabos no se acentúan excepto aquellos que llevan tilde diacrítica

Ejemplos con la palabra Arruinemos

-¡Esto es!..., ¡esto es! -repetía hablando consigo mismo-: la causa de alta traición es la principal, debe empezarse por ella, porque si bien hay delación de herejía, ¡esa delación reposa sobre el dicho de un testigo interesado!.... ¡De un testigo interesado!, aquí está el golpe: Romea atestigua en causa propia en todo lo que es relativo a la muchacha, mientras que aquello que es relativo a la tapada y a las relaciones del avaro con el hereje se halla corroborado por Gómez, hay pues dos testigos como lo manda la escritura y nuestra ley... El Padre Guardián nada puede decir contra mí: sobre todo, no puede decir que me contradigo, porque yo nunca me contradigo, y bien claro le previne de que la naturaleza de la causa era muy dudosa y que la primacía de los sucesos era la regla a seguir. Sí, ¡señor!, me acuerdo que se lo dije, y esto me salva de toda contradicción... Mañana de madrugada le voy a ver, y le voy a decir que es preciso cambiarlas baterías: arruinemos primero al viejo, el árbol se corta por el tronco y después todo vendrá: el modo es suspender el procedimiento, pasar oficio al Virrey inmediatamente, revelándole los indicios de alta traición que contiene la causa, y comprometerlo a formar el tribunal mixto con los dos Oidores, para optar a la mitad de la confiscación: y así le cumplo mi promesa a Antuquita, de salvar a la muchacha... ¡Salvarla!... No es cosa fácil: el Padre Andrés tiene algunos otros motivos que me oculta para proceder contra ella, yo me he hecho el desentendido antes, es preciso que le haga entender ahora que lo alcanzo, y que lo obligue a ser sincero... Entretanto, ¿cómo hago, señor, para hacerle suspender sus procedimientos? ¿Ver al Virrey y lanzarlo a intervenir en la causa?... Es un medio muy violento y muy grosero: el Virrey no es mi amigo, y me dejaría en las astas del toro. ¡No, señor!, más bien quemar esa muchacha del demonio, ¡y que arda Troya!... ¡Estaca! ¡Estaca!, ¡tu cabeza se va poniendo ya muy estéril!, decía el Bachiller y se paseaba con violencia por su estudio... ¡Esto es!, ¡esto es! -decía después de un momento de reflexión-. El señor Administrador de Correos y Antuquita deberían arreglar este negocio: el Administrador puede ir a ver al señor Virrey y ponerlo en tren, y yo cumplo manteniéndome en reserva para apoyarlos con mi parecer y con mi voto en el acuerdo... No hay más: ¡éste es el golpe! -decía alegre el señor Fiscal, sin sospechar que en aquella hora misma eso era de lo que trataban mano a mano su señora y su amigo.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra arruinemos

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